Si algún día me ves llorando,
háblame del egoísmo humano.
Dime que no me preocupe por nada
ya que a muchos nada le importaron.
Háblame de la envida por mi felicidad,
por aquellos que nada tienen
para llevarse a la boca.
Háblame de las lágrimas pueriles,
de los llantos de las miles
de madres que dieron tanto
y hoy reciben maldades.
Háblame de un lugar adormecido,
mecido en mentiras de ejecutivos,
de gobiernos sin sentido,
de los abusos de poder,
de un odio sin sentido.
Bésame en la frente, seca mis lágrimas,
dime que el viaje será corto
aunque me mientas.
Haz todo eso y date la vuelta
para que siga llorando
por no haber luchado, por mi tierra.